jueves, 13 de mayo de 2010

El rastro de la vida (2)

Lo sé, siempre lo he sabido. No creáis que soy un inconsciente y que mis ilusiones superan a mis capacidades. Conozco mis limitaciones aunque no las comparta con nadie, ya que nadie es capaz de entender hasta dónde alcanza mi mirada sin ser correspondida. Alfredo siempre supo que podía contar conmigo incluso cuando le sobrevino aquella crisis que le mantuvo alejado de todo durante meses. Ni siquiera intentaba mitigarla haciendo caso a los consejos que yo le prodigaba con ese sentido de la amistad que emana de la confianza acuñada a lo largo de los años.

1 comentario:

  1. Cuando respondo al comentario que has dejado en mi bitácoram, me encuentro con la sorpresa de que lo has eliminado. No entiendo nada. ¿Serías tan amable de explicármelo?

    Un cordial saludo

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